10/22/2008

Autodestierro

Una gran amiga, me enseñó que la vida es como navegar en círculos.
De alguna forma uno siempre llega a un puerto en el que ya ha recalado. Los tiempos son distintos, pero las situaciones son distintamente iguales.

Cuando tenía 8 años, mi papá fue trasladado desde Santiago a Antofagasta. En ese entonces sufrí un destierro cruel, con una marca que aun llevo en mi corazón. Las imágenes de mis amigos corriendo tras el auto en que yo salía de la población, aún logran hacer un nudo en mi estómago que me hace sentir la amargura y la tristeza.

24 años después, comienza en mi vida un nuevo “autodestierro”, y es inevitable recordar mis 8 años y relacionar lo vivido con lo que actualmente estoy viviendo.

"Nos vamos".
Esas dos palabras retumban una y otra vez no en mis oídos, sino que en mi corazón.
Mauricio me dio la noticia y en ese momento las ganas, las expectativas, la sensación de lo no descubierto inundaron mis ojos, pero minutos después, la melancolía inundó mi alma.
Queremos dar pasos, seguir caminando, pero para eso tenemos que dejar atrás tantas cosas, que duele bastante dar el paso que viene.

Aún no logro asimilar la situación y de igual forma: ¡Nos vamos!.

1 Comments:

At 6:00 a. m., octubre 28, 2008, Anonymous Anónimo said...

Te entiendo, por años viví un constante peregrinar, pero al final el saldo siempre fue positivo.... hay experiencias que te enriquecen, recuerdos increíbles... uno pierde amigos, pero son los amigos de la niñez, cuando lo que importa es el momento, el día a día, y lo que viene mañana, bueno, se verá mañana... pero ahora, a estas alturas del partido, los afectos están consolidados, cuesta la partida, pero al final uno siempre retorna al hogar y ya sabemos que el hogar no es algo físico....

 

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